Cookie Consent by FreePrivacyPolicy.com

Los Primeros Telescopios

Los Primeros Telescopios

Se cree que el primer telescopio fue creado por el fabricante de lentes Hans Lippershey en Holanda, durante los primeros años del siglo XVII. Según una de las historias asociadas al descubrimiento, los hijos de Lippershey jugaban con un par de lentes en su taller cuando notaron que, con cierta combinación de ellas, el tamaño de los objetos lejanos se ampliaba. Lippershey observó ese fenómeno y ofreció el invento en secreto a la corona de su país, dado su indiscutible valor estratégico.

 

En las demostraciones que realizó en noviembre de 1690 se hallaba un amigo de Galileo Galilei, que a su regreso a Italia le comunicó con gran entusiasmo lo que había visto en ellas. Galileo, imaginando cómo se podría lograr el mismo efecto, comenzó a experimentar logrando, en pocos días, reproducir el fenómeno de la amplificación de objetos lejanos, pensando de inmediato en su aplicación al estudio del firmamento.

Para montar las lentes de su primer instrumento, Galileo empleó un viejo tubo de órgano, y en la noche del 6 de enero de 1610 estrenó su telescopio al apuntarlo a la Luna, las estrellas y el planeta Júpiter. Además de ser el primer hombre en ver los cráteres de la Luna y cientos de estrellas jamás vistas antes, su descubrimiento más importante fue el de los satélites de Júpiter, cuya observación durante varios días ratificó la teoría heliocéntrica de Copérnico y le hizo escribir su famoso tratado “Sidereus Nuncius”. Nacía así la astronomía moderna.

Galileo construyó varias docenas de telescopios similares, fabricados con una lente objetivo convexa, de unos tres centímetros de diámetro, y otra lente cóncava y más pequeña, llamada ocular por ser la más cercana al ojo del observador. Este tipo de telescopio, compuesto por lentes, es denominado refractor.

Posteriormente, el alemán Johannes Kepler mejoró el instrumento de Galileo utilizando como ocular una lente convexa, lo que aumentaba considerablemente el campo del telescopio, aunque invertía la imagen aumentada. Debe aclararse que la mejora introducida por Kepler era relativa, ya que aunque proporcionaba un campo mayor, provocaba en la imagen resultante una mayor aberración esférica respecto al diseño de Galileo, que en cierta forma compensaba ese efecto.

El holandés Christiaan Huygens, a mediados del siglo XVII, trató de combatir la aberración esférica alargando la distancia focal de sus objetivos, con lo que lograba además un aumento de la imagen proporcionalmente mayor. Gracias a ello pudo constatar que Saturno, el “planeta triple”, descrito anteriormente por Galileo, no era tal, sino que en realidad estaba circundado por un brillante anillo. En 1655, Huygens también descubrió a Titán, el primer satélite conocido de Saturno.

Años después el inglés Isaac Newton, que creía que la aberración esférica no podría corregirse nunca, ideó otro tipo de telescopio, el reflector, a base de espejos. El razonamiento de Newton era simple y brillante: si la luz no atravesaba ninguna lente, la aberración esférica dejaría de ser un problema. Su telescopio le valió el ingreso a la Academia de Ciencias de Inglaterra.

En Inglaterra John Dollond, defensor de Newton en la controversia con Huygens sobre la aberración esférica, construyó telescopios con toda clase de lentes. Para su gran sorpresa, descubrió que combinando ciertos tipos de vidrio y de curvaturas, la aberración esférica sí podía corregirse. Así surgieron en el siglo XVIII los objetivos acromáticos y con ellos, el telescopio de Newton dejó de usarse, ya que los telescopios volvieron a ser en su mayoría refractores.

La siguiente gran mejora la logró el francés León Foucault, quien fabricó sus espejos con vidrio en lugar de metal de campana como Newton, e inventó un procedimiento químico para platearlos. De ese modo, los telescopios reflectores se volvieron prácticos y se inició una competencia contra los refractores, construyéndose instrumentos cada vez más grandes de los dos tipos.

En Óptica Visión 65® puedes comprar con total garantía y al mejor precio, del mismo modo que en una óptica física.

Contamos con productos originales y un servicio de información y asesoramiento prestado por un amplio equipo de ópticos colegiados y de profesionales de la óptica. Nuestra trayectoria, con un Centro Óptico abierto al público desde 1989 y la valoración de nuestros clientes comentando su experiencia, nos avala como una óptica de confianza.

Tenemos la Autorización Sanitaria para el ejercicio de la profesión en una óptica física, así como para poder vender a través de internet los productos sanitarios que nuestros clientes requieren tales como: Lentillas, Líquidos de Lentillas, Productos de Salud ocularProductos de Cosmética y Belleza, Gafas de Lectura y Accesorios Varios.

La mayor variedad de Lentillas

En Visión 65® encontrarás la mayor variedad de lentillas del mercado, además, si no encuentras la lente que buscas no te preocupes porque te la podremos conseguir. Trabajamos con los fabricantes de lentes más importante como son: Alcon, Bausch & lomb, Coopervision, Eurolent, Johnson & Johnson, Maxvue Vision, Mark’Ennovy, Menicon, Servilens Fit and Cover, Tiedra y muchos más. 

Todo para el cuidado de tus ojos

Disponemos de la mayor variedad de productos para la limpieza y mantenimiento de las lentillas así como para los ojos, una completa gama de gotas oculares, vitaminas para la vista y todo tipo de colirios y lágrimas artificiales como: Acuaiss, Blink, Biotrue, Lacrifresh, Systane, Vidisan, Visaid, Zero, etc... 

Copyright © 2024 Visión 65 ® Todos los derechos reservados